Aquí está otro ejemplo de aquello que me llama tanto la atención; esto es, artistas que componen obras que, al menos geográficamente, son muy distintas a las músicas de sus propios países de origen. Frank Steiner es alemán, pero se interesó por las religiones de extremo oriente. En el tema de hoy, excelente, no puede adivinarse una raíz étnica determinada. Lo que sí tiene es una gran alegría en su melodía. Ojalá lo disfrutes.
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